La ética como fundamento de la sostenibilidad
Durante el transcurso incipiente del siglo XXI, la “sostenibilidad” se ha convertido en una necesidad imperante para cualquier institución que quiera permanecer en el tiempo. De hecho, la Responsabilidad Social Empresarial fue reemplazada por el desarrollo estratégico de los temas sostenibles, apuntando a la ecología humana, a la generación de recursos renovables, a la conservación del medio ambiente y al desarrollo de un modelo energético más amigable con el plantea. Por esta misma razón, la Ética se convirtió en la protagonista de todas las actividades empresariales, académicas y científicas, pues su visión de largo plazo era el único modelo que se adecuaba al tema de lo sostenible. De hecho, en las últimas décadas la palabra ética aparece plasmada en la mayoría de las Misiones Institucionales, probablemente producto del Modelo Psicológico u Orgánico[i], que promueve estos valores interiores. Nadie duda al considerar que la Ética debe ser inherente al desempeño de cada individuo, pero cuando nos situamos en la realidad, aparecen algunos matices que en determinadas discusiones generan aristas, y quizás esta haya sido la gran equivocación.
La ética no es un invento de la Modernidad, ha hecho parte del accionar del ser humano a través de toda su historia, y muchas culturas de la antigüedad generaron códigos de honor para garantizar el buen obrar de sus ejércitos y políticos. Entonces no hay ningún dilema al confrontarlo con la actualidad, a pesar de que algunos encuentren formas de matizar el asunto, pues a la hora de la verdad, se es ético o no se es. Sin embargo, se debe tener en cuenta un tema puntual y es que ser Ético sólo da ganancias a largo plazo, quien no vea la institución en un horizonte puntual y sostenible, probablemente encuentre un bloqueo para obtener ganancias inmediatas.
Existen muchos ejemplos para citar: Klose, el astro del fútbol alemán, reconoció en un partido que el gol anotado había sido ilícito. “Corría el minuto 3 del encuentro y tras un córner, el delantero teutón desvió el balón con la mano logrando que ingrese al arco napolitano. El árbitro pitó el gol y los jugadores de la Lazio corrieron a celebrar, pero Klose, consciente de lo que había hecho, no los acompañó. Jugadores del Nápoli increparon al juez de línea y al central por haber cobrado un gol inválido. Ante esto, el árbitro preguntó a Klose, que con la mirada en el suelo le confesó su trampa”[ii]. ¿Qué ganó Klos? Prestigio, valía humana y profesional, pero sobre todo, mantuvo sus principios, a pesar de que el entrenador lo sacó del partido molesto y muchos hinchas lo abuchearon en el momento.
Podríamos decir que es un juego y hay que ganar, también que la “viveza” hace parte de la habilidad deportiva y así estaríamos cayendo en falacias absolutas; pero no hay dilema, existe una mala o una buena acción y se acabó. No existe línea divisoria, aunque el costo sea alto: un partido, un campeonato o muchos millones de dólares. Un caso del mundo empresarial es el reconocido escándalo con el Tylenol[iii]. “En 1982, 7 personas murieron en el área de Chicago, envenenadas con cianuro, que se encontró en las cápsulas de Tylenol, un analgésico que fabricaba (y fabrica) Johnson & Johnson. La policía confirmó que el envenenamiento no había tenido lugar en la fábrica, sino en los comercios. J&J reaccionó retirando todo el Tylenol del mercado norteamericano, una operación con un coste de 100 millones de dólares y altos riesgos, como implicar implícitamente el reconocimiento de que J&J tenía alguna culpa en el caso, y las dudas sobre cómo aceptaría el mercado la vuelta del Tylenol. Cuando preguntaron a Burke (CEO de J&J en aquel entonces) por qué había ordenado la retirada, dijo que no fue decisión suya. -Había decenas de personas que tenían que tomar literalmente cientos de decisiones y todas en un abrir de ojos. Ellos no podían llamarme para cada decisión. Tenían que tomarlas ellos, y tenían que ser decisiones correctas, porque sabían que eso es lo que se esperaba de ellos-. De alguna manera, esa era la consecuencia de la existencia del “Credo” de J&J, que establece la misión de la empresa en términos que no dejan lugar a dudas: ante un caso como ese, la única solución era retirar el producto”.
Así que debemos crear estrategias para que las personas que están a nuestro alrededor aprendan a tomar estas decisiones sin dudar, no sólo en la empresa, también en casa, tanto hijos como empleados observan comportamientos y luego los procesan como acciones propias, pues el ejemplo no es una manera de educar o dirigir, es la única. Así que ningún dilema, las cosas claras y un Código Ético o un “Credo” que nos ayude a aclarar las decisiones en caso de dudas, así avanzaremos hacia un modelo más trascendente, sostenible, que nos lleve a una sociedad más ética, o sea: mejor.
BIBLIOGRAFÍA:
[i] Pérez López, J.A. (1991). Teoría de la acción humana en las organizaciones: la acción personal, Rialp, Madrid.
[ii] http://depor.pe/futbol-internacional/miroslav-klose-le-pidio-al-arbitro-anular-su-gol-haberlo-hecho-mano-noticia-818392
[iii] http://blog.iese.edu/antonioargandona/2012/10/09/james-burke-en-johnson-and-johnson/
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