La inteligencia emocional es fundamental para establecer relaciones interpersonales sólidas, manejar el estrés, resolver conflictos y trabajar en equipo de manera efectiva.

Este es el primer paso para gestionar adecuadamente nuestras emociones.

La autorregulación no implica reprimir o ignorar nuestras emociones, sino gestionarlas de forma constructiva.

Ponerse en el lugar de otra persona y reconocer sus emociones sin necesidad de estar de acuerdo con ellas.

La clave para colaborar en equipo, liderar proyectos y resolver conflictos de manera constructiva.

Practicarás lo aprendido en un entorno simulado.

Breve repaso de los puntos clave para identificar patrones personales y aplicar mejoras.